Nota a la presente edición

Prologo a El tonel de Diógenes, Figuras y figurones, y Bajo el opribio1

Luis Alberto SÁNCHEZ

Este volumen, segundo de las Obras Completas de Manuel González Prada, consta de tres títulos: El tonel de Diógenes, Figuras y figurones y Bajo el oprobio, los tres en prosa y sobre cuestiones y figuras peruanas.

El tonel de Diógenes fue publicado en México el año de 1945 en la colección Tezontle del Fondo de Cultura Económica. La colección estaba dirigida por el gran humanista y escritor mejicano Alfonso Reyes. Yo recibí los originales del libro entre los papeles que me dejó Alfredo González Prada al suicidarse en Nueva York en junio de 1943, con el encargo de publicarlos. Por eso la mayor parte de las notas tiene las iniciales AGP; las que no las llevan las agregué yo mismo. El volumen reúne ensayos y comentarios sobre diversos temas, entre ellos son los más importantes el que se refiere a una pareneología o refranero español respecto a Dios; sus diatribas contra Lima y las memorias de un reservista que describe cómo se formó la reserva peruana en la Lima de 1880, para defender la ciudad del ataque invasor del ejército chileno.

Figuras y figurones es una colección de estampas sobre importantes políticos peruanos; estas estampas fueron escritas entre 1898 y 1916 y algunas de ellas publicadas en periódicos, como consta de las glosas debidas a la pluma de Alfredo González Prada.

El libro apareció por primera vez en París, en la imprenta Bellenand en 1938, es decir, también póstumo, de aquel autor que habla fallecido exactamente treinta años antes. En algunas reediciones subrepticias se han suprimido párrafos por considerarlos quizá demasiado agresivos. Somos partidarios de mantener la integridad de cada texto que editamos. Hay un contraste visible entre los ataques contra Piérola y la comprensión tanto para Manuel Pardo como para su hijo José, ambos presidentes del Perú. Se explica esto, a pesar del radicalismo de Prada, por cuanto don Manuel Pardo fue el primer presidente civil que interrumpió la sucesión de presidentes y dictadores militares en 1872. José Pardo, no obstante su prosapia aristocrática, fue un demócrata practicante con las limitaciones naturales de su estirpe oligárquica. Los juicios de Prada son, como siempre, apasionados, sin que eso impidiera observar con bastante justicia los méritos de sus figuras, aunque no dio cuartel a sus "figurones". Piérola fue casi una obsesión de Prada, seguramente porque, bajo su autoridad, ocurrió la derrota de 1879 y porque durante su gobierno constitucional, Prada se mantuvo alejado del Perú Y sólo al final, cuando regresó de Europa, tropezó con la hostilidad manifiesta de Piérola que clausuró algunos de los periódicos en que Prada solía publicar sus comentarios.

Bajo el oprobio, escrito en 1914, durante la dictadura del general Oscar R. Benavides, sólo fue publicado por Alfredo en París el año de 1933, cuando Benavides había vuelto a dirigir los destinos del Perú como sucesor del general Sánchez Cerro y por elección del Congreso Nacional de Lima cuando el entonces coronel Benavides derrocó al gobierno populista de don Guillermo Billinghurst el 4 de febrero de 1914. El 15 de mayo del mismo año en un golpe de estado que apoyó la minoría del Congreso Nacional, Benavides fue designado Presidente provisorio de la República. González Prada renunció al instante la Dirección de la Biblioteca. Por dos veces, el gobierno provisorio se negó a aceptar dicha renuncia, y sólo cuando Prada amenazó con entregar las llaves de la Biblioteca Nacional a un juez, el gobierno, sin tomar en cuenta su renuncia, lo destituyó. Poco después el hijo único de don Manuel, Alfredo - que estaba a punto de optar el título de abogado-, fue detenido en la Penitenciaría de Lima en compañía de insigne escritor Abraham Valdelomar. Don Manuel publicó un periódico titulado La lucha, cuyos ejemplares fueron recogidos por la policía que clausuró el periódico. En esas circunstancias, reducido al silencio, González Prada escribió el terrible panfleto que reproducimos aquí, en un clima de apasionamiento propio de sus mejores apóstrofes. La dictadura de Benavides entonces sólo duró un año y meses: en setiembre de 1915 se realizó una pacífica transferencia presidencial a José Pardo y Barreda, quien al año siguiente restituyó a González Prada como director de la Biblioteca Nacional, al mismo tiempo que designaba como director honorario a don Ricardo Palma. Se explica así el tono violento y caústico de Bajo el oprobio que ha sido reproducido en ediciones mimeografiadas y no menos de dos impresas en forma a veces clandestina y a veces pública. El texto que damos está fielmente transcrito de la primera edición de 1933.

Lima, diciembre de 1985.

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1Reproducido de Manuel González Prada, Obras, ed. Luis Alberto Sánchez, tomo 1, vol. 2 (Lima: Ediciones Copé (PetroPerú), 1985. Reproducido con el permiso de PetroPerú.